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Suave y cadencioso, el danzón se vuelve un escudo para la memoria en México

Personas adultas mayores disfrutan de los Jueves de Danzón en Chilpancingo de los Bravo. La complejidad del baile obliga a estimular la mente. Para estas personas, bailar danzón es tan importante como ir al médico.

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In a Mexican Town, Battling Cognitive Decline Means Getting Out on the Dance Floor

Avigaí Silva, GPJ México

Elvira Moreno Abarca, izquierda, y Roberto Esteban Mateo Martínez bailan danzón en el zócalo de Chilpancingo de los Bravo, como participantes del evento llamado Jueves de Danzón.

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CHILPANCINGO DE LOS BRAVO, MÉXICO — Elvira Moreno Abarca apenas alcanza el hombro de Roberto Esteban Mateo Martínez, su pareja sentimental. Lo mira fijamente a los ojos, posa su mano en su camisa roja, irgue el cuerpo y respira. Las estampas a tono de su vestido llegan a sus tobillos. Sus pies empiezan a moverse al compás de la música en vivo. Son las 5 p.m. en el zócalo de la ciudad. Comienza el Jueves de Danzón.

Moreno Abarca y Mateo Martínez tienen 15 años de experiencia bailando danzones y se saben de memoria los pasos para figuras básicas como columpio, vuelta tornillo, cuadro y laterales. Pero hay algunas figuras que les demandan más esfuerzo. En ocasiones, tienen que forzar su mente para recordar los movimientos. Tlacotepec, por ejemplo, se considera un danzón difícil porque se deben contar muy bien los pasos. Son pocos los que se animan a bailarlo, dice Moreno Abarca, de 66 años.

Apoyar el pie derecho en el metatarso, el peso del cuerpo en el pie izquierdo
Dar un paso lateral, deslizando el pie derecho hasta apoyarse en él completamente
El pie izquierdo se une al derecho y se apoya en el metatarso
Seguir el patrón con el otro pie, alternándolos
Las manos derecha e izquierda de las dos personas entrelazadas
Los brazos opuestos en la espalda y el hombro ajenos

El danzón es un baile de origen cubano. El primer registro que se tiene de esta danza es de 1879, cuando se registró en la Sociedad Liceo de Matanzas “Las alturas de Simpson”, del compositor Miguel Faílde. El músico solía interpretar minués alargados o danzas de figuras ampliadas que dieron vida al danzón. En la década de 1920 conquistó a artistas mexicanos que empezaron a interpretarlo hasta que se popularizó en México, sobre todo entre las personas adultas mayores.

El danzón tiene una característica especial. Es un baile suave, lento y cadencioso en el que suenan flautas, timbales y violines. Le sienta muy bien a las personas de edad avanzada, pero puede ser también complicado con pasos y movimientos elaborados. En vez de ser perjudicial, este aspecto es un aliado en Chilpancingo de los Bravo. Los adultos mayores han encontrado en el danzón una alternativa de uso terapéutico para mantenerse activos, estimular el cerebro y mejorar su memoria. Para ellos, bailar danzón es tan importante como ir al médico.

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Avigaí Silva, GPJ México

Un grupo de parejas practica danzón, un baile de origen cubano, en el Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores.

La coreografía básica del danzón obliga a una repetición constante de los pasos y aprender rutinas de baile que fortalecen la coordinación, la motricidad y en general la salud mental y la memoria. Para Moreno Abarca, contar “los pasos del danzón ayuda mucho porque la mente se distrae, se ocupa”. Mateo Martínez encuentra en el danzón un aliado contra enfermedades como el Alzheimer. “Alimenta mi memoria, me activa la memoria. Mi mente trabaja escuchando la música”.

No solo es la opinión de Moreno Abarca y Mateo Martínez. Diez estudios realizados en diferentes partes del mundo con 984 participantes mayores de 55 años demostraron que la danza como terapia “mejoró significativamente la función cognitiva global, la memoria, la función ejecutiva, la atención y el lenguaje”.

El arte detrás del conteo

Iván Sánchez Carranza, de 87 años, aprendió a bailar danzón a los 17 años en el estado de Veracruz, en el Golfo de México. Años después, tras mudarse a Chilpancingo de los Bravo, promovió el género desde el Club de la Tercera Edad Los Años Maravillosos. A sus 60 años, impulsó los Jueves de Danzón para que la gente tuviera un espacio para bailar un día a la semana en el zócalo de la ciudad. Las autoridades locales aprobaron su idea y los mayores salieron a la pista a bailar.

Apoyar el peso del cuerpo en el pie derecho mientras se desliza hacia atrás
El pie izquierdo permanece en el lugar, se levanta leve del piso y se vuelve a apoyar, marcando el ritmo
El peso del cuerpo pasa al pie izquierdo
El pie derecho regresa a su lugar, apoyándose por completo

La pandemia del coronavirus suspendió todas las actividades del danzón y muchos dejaron de bailarlo. Pero desde marzo de 2022, el zócalo de Chilpancingo de los Bravo volvió a vibrar cada semana. La banda de música de la Secretaría de Cultura del gobierno del estado ha sido una pieza importante para mantener viva esta tradición. Sus melodías en vivo atraen a los bailarines.

Cada semana en el zócalo, las personas se concentran en grupos para mostrar sus mejores pasos y sus llamativos atuendos. Algunos hombres portan pantalones de vestir con tirantes, guayaberas con líneas de pliegues en la parte posterior y una flor en la solapa. En la pista brillan los zapatos de charol y los sombreros adornados con una pluma. Las mujeres llevan faldas o vestidos largos y calzado de tacón medio, liso o con algo brillante. Cómodos, pero a la vez elegantes. Y algo que no puede faltar: los abanicos. Los usan en las pausas mientras los hombres se acomodan la ropa y se aplaude a los músicos. Es parte del ritual al bailar el danzón. Hay que detenerse para alabar a los músicos.

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Avigaí Silva, GPJ México

Elvira Moreno Abarca y su pareja, Roberto Esteban Mateo Martínez, tratan de no perderse las clases de danzón en el Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores.

“Este baile tiene muchos beneficios. El mayor beneficio es corporal y mental porque se tiene que contar. Si no cuentas [los pasos], aunque uno quiera, no le sale el danzón. Tienen que ir contando sus pasos mentalmente. [Las bailarinas] van contando en cuántos pasos van a parar”, dice Antonia Moreno Abarca, maestra empírica de danzón en el Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores (IGATIPAM), el organismo del gobierno del estado de Guerrero que impulsa la actividad de los jueves. Además de profesora de baile es la hermana de Elvira Moreno Abarca.

Avanzar el pie derecho
Avanzar el pie izquierdo
Avanzar el pie derecho
Esperar, marcando el ritmo

Avanzar el pie izquierdo
Avanzar el pie derecho
Avanzar el pie izquierdo
Esperar, marcando el ritmo

Valoy Ogendi Ocampo, de 61 años, practica los pasos de lunes a miércoles en el IGATIPAM, junto con Elvira Moreno Abarca y Mateo Martínez. Dice que el danzón le ayuda con su memoria. “Contamos los pasos y a la vez bailamos. Nos sirve de ejercicio también. La convivencia, el ejercicio y el estar usando la mente es mucho, para mí es mucho y me gusta”, dice Ogendi Ocampo, quien este año se incorporó al grupo.

Los problemas de memoria a nivel mundial

Perder en cierto grado la memoria forma parte del envejecimiento natural. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas personas tienen problemas más serios de memoria que otras de su misma edad. Esta afección se conoce como deterioro cognitivo leve (DCL). Los síntomas incluyen perder objetos con frecuencia, olvidar asistir a actividades o citas importantes y tener más dificultad para expresar palabras que otras personas contemporáneas.

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Avigaí Silva, GPJ México

Norma Angélica Guillén Villanueva, izquierda, y Diana Trujillo Cruz, participantes de las clases de danzón, observan un video para perfeccionar los pasos y coreografías durante los ensayos en el Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores.

La Organización Mundial de la Salud señala que, a nivel global, casi el 16% de las personas mayores sufren DCL. En México, la prevalencia del DCL es del 7.3%. Una de las principales preocupaciones del DCL es que, una vez que se manifiesta, aumenta el riesgo de padecer demencia hasta en un 46% en tres años.

Aunque no existe ningún tratamiento o fármaco para el DCL, algunos factores del estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar este trastorno. Mantenerse en contacto con familiares y amigos, hacer ejercicio de manera regular y estimular y entrenar la mente — como lo hace el danzón — ayudan a preservar la memoria.

Cruzar el pie derecho con el metatarso por detrás del izquierdo
Girar el talón izquierdo hacia la izquierda
Cruzar el pie derecho de nuevo
Girar el talón izquierdo hacia la izquierda

La Dra. María Angelina Parrilla Mancilla trabaja en el área de psicoterapia Guestalt, un tipo de psicoterapia que se centra en el desarrollo personal. Además, es coordinadora de especialidad en terapia de danza y movimiento del Instituto de Terapia Guestalt Región Occidente (INTEGRO). “El uso creativo del movimiento desde un marco terapéutico, específicamente, favorece la integración, el crecimiento y la transformación del ser humano a través de movimientos simples. Hay un cambio a nivel neurológico. Se activan las conexiones neurológicas”, dice. Son las mismas conexiones neurológicas que se ponen en acción al aprender algo nuevo como bailar danzón, y ayudan así a preservar la memoria.

Bernarda Téllez Alanís, investigadora en el campo de la neuropsicología y la neurociencia de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, explica que, en las fases tempranas de pérdida de la memoria, la danza y la música son buenas herramientas para seguir manteniendo y apoyando los recuerdos.

Para Téllez Alanís, “es importante seguir estimulando el baile, escuchar música, los olores que le gustan a la persona” para ayudar a recordar. “Lo que se intenta es retrasar el avance de la enfermedad”, dice.

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Avigaí Silva, GPJ México

Las personas adultas mayores que asisten a las clases de danzón reconocen que la actividad les ha ayudado a mejorar su memoria. Para este baile se necesita hacer un ejercicio mental constante y contar pasos una y otra vez.

En el caso de Elvira Moreno Abarca y Mateo Martínez, tanto la música como este baile son importantes en su día a día. Intentan no faltar a los ensayos ni a los Jueves de Danzón. Cuando no pueden asistir, escuchan danzón en casa para animarse y hasta platican sobre la coreografía.

Sus compañeros de ensayo en el IGATIPAM, unas 25 personas, en su mayoría de la tercera edad, también han encontrado beneficios en el danzón. Sus doctores les han recomendado practicar este baile no solo para ejercitar la memoria, sino para combatir la depresión, mantenerse activos y hacer vida social.

Después de bailar un par de danzones en el zócalo de Chilpancingo de los Bravo, Elvira Moreno Abarca necesita un descanso. Pide a sus compañeras que inviten a bailar a Mateo Martínez y los motiva a disfrutar de la tarde. A la distancia, ella contempla y suspira por su época dorada, cuando dos horas no eran suficientes para disfrutar del baile que ha practicado durante 15 años. Recuerda las siete veces que ganó, contando pasos, concursos de danzón.

Avanzar el pie derecho
Avanzar el pie izquierdo
Avanzar el pie derecho
Esperar, marcando el ritmo

Avigaí Silva es reportera de Global Press Journal, radicada en el estado mexicano de Guerrero.